
No podemos dejar de considerar al hombre como variable insustituible del proceso. La Gen Y podrá ser de esos que adquieren excelsas destrezas en el manejo de las interfaces, pero también hay un grupo de hombres que se consolida en un estricto perfil de conocimiento superior y específico que le abre las puertas a un mundo de fuerzas push del que tal vez los “digitales Y” no tengan noticia.
Quizás Baudrillard tenga razón al hablar de simulaciones y de una realidad asesinada, pero debemos pensar estos conceptos no en función de la sociedad del conocimiento como una realidad, sino en relación a estos jóvenes Y que viven una íntima relación con las interfaces y tiran de ellas sin piedad y sin conocimiento cierto.