10 julio 2007

Primeras reflexiones sobre la Gen Y

Luego de analizar a la Generación Y y adentrarnos en sus conductas particulares, nos atrevemos a hacer una primera reflexión. Si bien se trata de sujetos interactivos y con conductas altamente digitales, no debemos concebirlos como "genios" sino que podemos pensarlos como personas que viven de simulaciones y se sumergen en un mundo, se apropian de él pero no lo comprenden, sino que sólo lo usan. Poseen un conocimiento limitado que tiene que ver con el dominio de interfaces preparadas especialmente para ser manejadas sin grandes complicaciones. Además, se trata de actores sociales que -según sostiene Luciano Gallino- están inmersos desde el nacimiento en un fluido de modelos mentales ya elaborados por las generaciones precedentes.
No podemos dejar de considerar al hombre como variable insustituible del proceso. La Gen Y podrá ser de esos que adquieren excelsas destrezas en el manejo de las interfaces, pero también hay un grupo de hombres que se consolida en un estricto perfil de conocimiento superior y específico que le abre las puertas a un mundo de fuerzas push del que tal vez los “digitales Y” no tengan noticia.
Quizás Baudrillard tenga razón al hablar de simulaciones y de una realidad asesinada, pero debemos pensar estos conceptos no en función de la sociedad del conocimiento como una realidad, sino en relación a estos jóvenes Y que viven una íntima relación con las interfaces y tiran de ellas sin piedad y sin conocimiento cierto.

04 julio 2007

Las TICs y los bajitos

¿Cómo crear un puente conceptual y operativo entre las TIC, la escuela, los niños y la sociedad en desarrollo?
Los niños que van al Jardín de Infantes son los más contemporáneos de la Era Tecnológica; cuando ellos nacen, lo hacen rodeados de dispositivos digitales como contexto temporal para aprender y comunicarse, nacen "con todo inventado" y asimilan esos avances como parte del aprendizaje.
La escuela, por su parte, reconoce estos cambios y quiere “ser lo nuevo”, pero teme “hacer lo nuevo”, es decir, se toma un tiempo para acoplarse e incorporar los cambios a su programa de enseñanza y, cuando finalmente lo hace, esas modificaciones vuelven a carecer de actualidad porque los niños han avanzado mucho más rápidamente.
De este modo, hay una brecha de conocimiento y de contemporaneidad entre quienes educan y quienes aprenden, que conciben dos mundos diferentes. Frente a esos niños predominantemente tecnológicos, la escuela se encuentra con el desafío de integrar la realidad electrónica que nos circunda, con el objetivo de construir totalidad en una cultura de fragmentos.
Fuente: Jornada desarrollada en la AMIA para Jardines de Infantes de la Comunidad Judía de todo el país. TIC en el Nivel Inicial: un desafío en construcción. Ana María Andrada. Mayo de 2007.

Aquellos que lo hacen

No existe una fuerza mágica que deposita cientos de interfaces día a día en nuestras manos. Hay un extenso proceso de desarrollo tecnológico en el que se suceden etapas de investigación y producción antes de llegar a la aplicación.
Hay conocimiento intensivo, conocimiento puro de lo que hay detrás de las interfaces, y una deliberada intención de poner a disposición del usuario interfaces que permitan usar estos complejos objetos sin mucho esfuerzo. Hay pues un evidente conocimiento del campo de aplicación previsto para la creación que entraña en sí misma un bagaje intelectual abstracto y sumamente valioso del que sólo unos pocos logran apropiarse.
Habrá pues ideas, concreciones, ciencia básica, ciencia aplicada y una extensa maquinaria industrial ordenada y controlada para producir objetos tecnológicos capaces de satisfacer diversas necesidades que tiene el hombre, es decir capaces de presionar (push).

27 junio 2007

La Gen Y y el fracaso universitario

Este año, una vez más fue enorme la cantidad de alumnos que desaprobaron su examen de ingreso a la Universidad. Según lo indican las cifras, el 85% de los que aspiraron a ingresar a las universidades de Rosario y Santa Fe, fue reprobado.
¿Cuál es el motivo? ¿Falta de estudio? ¿Exámenes complejos? Entre quienes tienen una posición pesimista, están los que hablan de una generación que no lee ni estudia, y que desprecia la cultura del esfuerzo. Está sumergida en una ola de comodidad, acostumbrada a ser atendida y tener herramientas a su alcance; una vida llena de facilismos, donde todo está para ser aprovechado y sólo basta buscarlo. Podría decirse que carecen de hábitos sistemáticos de estudio, una habilidad que sí presenta la generación X y que ha sabido explotar.
La facultad no plantea ser una agencia dispensadora de títulos universitarios, sino, por el contrario, se propone como institución inculcadora de conocimientos. Los alumnos, adolescentes integrantes de la Gen Y, deben someterse a las exigencias básicas del conocimiento; no hacerlo significa desconocer la misión de la universidad.

Una Gen Y trabajosa

Más allá de las relaciones personales con o contra la tecnología, los jóvenes de la Generación Y constituyen sin duda una nueva clase de trabajadores y una nueva clase de oferta laboral.
Este tema es ocupación directa de los empleadores, quienes no pueden pasar por alto las distintas necesidades y exigencias de una generación sumamente individualista y despreciativa de lo perenne.
Los nuevos "usuarios del trabajo" no tienen interés en hacer carrera dentro de una empresa, y sus ambiciones están sólo e íntimamente relacionadas con los beneficios y las condiciones del empleo. Resulta complicado lograr que los trabajadores vistan la camiseta de una empresa; sus intereses fluctúan y su nivel de tolerancia es muy bajo, en definitiva, se cansan, se aburren, se van.
Y ¿a dónde se van? se van a donde la internet los manda, lejos del esfuerzo intelectual exagerado y cerca de un mundo casi perfecto pero irreal. Los recursos virtuales y las TICs sirven en bandeja nuevas opciones para ganar algo de dinero, y por lo tanto, en cuanto el usuario encuentra un nuevo hipervículo que reemplace el puesto que hoy le resulta aburrido sin duda hará clic, y exprimirá nuevamente la misma interfaz sin aventurarse a experiencias o búsquedas distintas. Si cambiar de trabajo no fuera tan sencillo, quizás no lo harían.
¿Cómo afecta esto a las empresas? ¿Cómo son las nuevas búsquedas laborales? Ofrecemos algunos comentarios al respecto:
La Nación: "Entre lo público y lo privado"
Blog: "La Gen Y en las empresas".

25 junio 2007

Inmigrantes en la era digital

Second Life” es un mundo virtual 3D que ofrece al usuario la posibilidad de vivir una vida paralela a la real: basta con ser un habitante más de esta ciudad virtual para poder recorrer sus calles, comprar una casa, buscar trabajo o invertir en la bolsa. Polémico y controvertido, en este mundo todo puede pasar. En la actualidad, cuenta con más de 7 millones de “residentes”.
Para los especialistas, no se trata de un simple juego: se genera una “cultura de la simulación”, donde las relaciones y la identidad se vuelven virtuales. Yo puedo ser otro yo, adquirir nuevas características, una personalidad diferente, al punto de que el yo-real puede confundirse con el yo-virtual. No hay que olvidar que sólo se trata de un cuerpo que entra en relación en otras instancias de encuentro: en este sentido, hay una virtualización del cuerpo.
El peligro surge cuando la línea que separa realidad y virtualidad se vuelve confusa y trasciende las fronteras de lo real. Una vez más, se trata de una mediatización de esa realidad; no deja de haber un sujeto, usuario de una interfaz, que accede a un mundo cibernético.
La era digital parece, así, dar paso a un nuevo modo de existencia en donde lo real y lo virtual interactúan al punto de confundirse. El usuario adquiere nuevos modos de ser, de sentir, de pensar. Está acá y también allá, y viaja sin fronteras, generando nuevos modos de relacionarse con los demás y generando una nueva identidad que hace del cuerpo algo público e inmaterial.

La economía del conocimiento


"Invertir en conocimientos produce siempre los mejores beneficios" Benjamin Franklin

Podría decirse que lo que distingue a la “economía del conocimiento” de las demás economías es el creciente papel del conocimiento como valor económico, comprado y vendido en todos los mercados. Desde fines del siglo XIX, las empresas han creado laboratorios de Investigación y Desarrollo (I+D), con el objetivo de combinar la ciencia con la producción de nuevos conocimientos, y aplicarlos a través de inversiones.
Esta nueva economía tiene como vehículo a Internet, y su reto será medir el conocimiento, su activo intangible. No sólo prevé crear conocimiento, sino también hacer uso del mismo. Se lo comienza a concebir como un bien, como una mercancía o como un servicio con valor agregado, dispuesto a ser administrado y comercializado.
Muchos coinciden en que la gestión del conocimiento será uno de los pilares de las organizaciones en un futuro no muy lejano. Así, cobra importancia el trabajo del nuevo gestor de información, que consiste globalmente en generar conocimiento y organizarlo en beneficio de las acciones que se llevan a cabo en cada organización en pro de una mayor eficacia y rentabilidad. Esta idea influye en los servicios de información (y, porqué no, en el periodismo como herramienta de difusión de la misma) que deben adaptarse y modificar su modus operandi. Deben aprovechar la sinergia de la información y esto supone una revisión exhaustiva de los cimientos de la profesión.